Encabezado por las nuevas generaciones, en nombre de toda Cuba el pueblo habanero rindió homenaje al Señor de la Vanguardia, a pocas horas de conmemorarse el aniversario 59 de su desaparición física
Octubre estremece de principio a fin. Pensamos en el Che, en los mártires de Barbados, en las víctimas del terrorismo, y ahora, en Camilo. Hablando del Señor de la Vanguardia, en estos días finales una sonrisa franca se multiplica por Cuba. Una que llena cada espacio, que convoca, que inspira. Una que no han podido borrar tempestades, turbulencias, ni 59 años de ausencia física.Porque Camilo, el niño jaranero, el joven rebelde y el guerrillero de la sonrisa franca renace cada día en el corazón de su pueblo, ese que cada año, cuando el almanaque marca el día 28 o días antes, acude a los ríos y mares de la Isla, flor en mano, para recordar su ejemplo.
Así sucedió este viernes en la capital, donde se evocó la fecha con un acto político-cultural ante el relieve escultórico del Señor de la Vanguardia realizado por el pintor, diseñador, escultor y grabador Enrique Ávila González, que está colocado en la fachada del edificio del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, en la Plaza de la Revolución José Martí.
La conmemoración —presidida por Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido en La Habana, y jefes principales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior— fue el punto de partida de la peregrinación que llevó flores hasta el Malecón capitalino.
Niños, adolescentes, jóvenes, médicos, maestros, ingenieros, obreros, amas de casa, representantes de todo el pueblo, acudieron nuevamente a la cita, pues como aseguró Arian Manzano Lafargue, estudiante de 3er. año de la escuela militar Camilo Cienfuegos, de Arroyo Arenas, en cada uno de ellos, en cada cubano comprometido con la Patria, está la inmortalidad del Comandante de la sonrisa eterna.
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