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sábado, 18 de octubre de 2014

El Che que quisiera ser



 
Recordando esa consigna que desde los primeros pasos como pionero siempre pronuncié "Pioneros por el Comunismo ¡Seremos como el Che!", hoy ratifico esa aspiración no solo en lo personal pensando que cada día pudiera ser un mejor hombre, sino que me pongo a pensar en ese Che que hace falta en estos tiempos cuando este país se ha propuesto cambiar y lograr que el trabajo sea la principal fuente de ingreso de los cubanos, buscando entre los libros que he leído sobre la vida y obra de Ernesto Guevara (Che) encontré este de Angel Arcos Bergnes “Evocando al Che”, que se los recomiendo si quieren ver cómo era este hombre como persona en la vida cotidiana, en su actividad como dirigente y sobre todo en lo más personal, en su relación común con los obreros, con otros dirigentes, con las mujeres, con sus compañeros más cercanos.

Pero quisiera referirme a algunos fragmentos de una intervención que hiciera el Che en el teatro de la CTC el 15 de agosto de 1964 en un acto que se convoca para entregar certificados de Trabajo Comunista a más de 900 trabajadores por haber trabajado más de 240 horas en forma voluntaria, al decir del autor del libro este fue uno de los mejores y más profundos discursos del Che.

Al valorar la importancia del trabajo decía… “Hoy en nuestra Cuba el trabajo adquiere cada vez más una significación nueva, se hace con una alegría nueva”… la alegría de estar cumpliendo con un deber, de sentirse importante dentro del mecanismo social, de sentirse un engranaje que tiene sus particularidades propias, necesario, aunque no imprescindible para el proceso de la producción y un engranaje consciente, un engranaje que tiene su propio motor y que cada vez intenta impulsarlo más y más para llevar a feliz término. Una de las premisas de la construcción del socialismo: tener una cantidad suficiente de bienes de consumo para ofrecer a toda la población. Y junto con eso, junto con el trabajo que está todos los días realizando, la tarea de crear nuevas riquezas para distribuir por la sociedad. El hombre que trabaja con esa actitud se está perfeccionando.”

Al leer esto nos parece que el Che esta entre nosotros hoy definiendo como debe ser la actitud de cada cubano ante el trabajo para lograr lo que nos estamos proponiendo con los lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución y verdaderamente hacer avanzar la economía de este país.

Es precisamente ese el hombre que queremos hoy, esa es mi aspiración, al decir de Atilio Borón, el Che era un hombre cuya absoluta coherencia entre ideas, valores y conductas lo convierte en un paradigma insuperable, especialmente en épocas como éstas, en las que la traición a los viejos ideales, o la desconexión entre lo que se piensa o dice y lo que se hace, ha adquirido proporciones escandalosas.

  
Estas imágenes definen al Che que quisiera ser

Un hombre que pensaba que… “Cada vez que se deja de hacer un esfuerzo y cada vez que se deja de cumplir una tarea en un punto, eso se refleja sobre toda la sociedad y sobre sí mismo, sus hijos, su familia toda”…

Así era el Che y así quisiera que fueran hoy los que de alguna manera tenemos la responsabilidad social de realizar alguna labor que aporte a nuestra economía, al decir del Che, si no avanzamos parejo, no podemos tomar un ritmo de avance lógico.

Es precisamente ese el pensamiento que hace falta en estos tiempos para transformar nuestra sociedad y nuestra economía, y al pensar de esa manera estaremos en condiciones de actuar en correspondencia con los valores y conductas que nos ha legado el Che y solo así estaríamos cumpliendo con la consigna de ser como ese paradigma que fue, es y será el Che para toda Latinoamérica y en especial para los cubanos.

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